El despliegue de la nueva red de fibra óptica traerá consigo abandonar progresivamente la tradicional red de cobre. Este noviembre cerrarán las dos primeras centrales de cobre, sustituidas por la red de fibra óptica. Son dos centrales situadas en Torrelodones (Madrid) y Sant Cugat (Barcelona). Después de un año de garantía y seis meses de guarda, Telefónica dejará de usar la red de cobre en esas dos centrales, según ha informado este miércoles la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Telefónica ha notificado el cierre de otras 36 centrales. En realidad, más que el cierre, lo que ocurre es que se deja de usar la red de cobre, aunque el edificio se puede seguir usando para el despliegue de fibra óptica o para antenas de telefonía móvil.
Madrid es la provincia que más centrales va a cerrar (o dejar de usar para la red de cobre), con siete cierres programados, contando el de Torrelodones. Le siguen las provincias de Zaragoza y Valladolid, con cuatro centrales cada una; y Barcelona, con tres, incluyendo Sant Cugat. También cerrarán dos centrales en A Coruña, Baleares, Girona, La Rioja, Murcia y Santa Cruz de Tenerife. Completan los cierres previstos una central en álava, Cáceres, Cádiz, Guadalajara y Las Palmas.