Las centrales telefónicas de cobre empiezan a cerrar por la fibra óptica

El despliegue de la nueva red de fibra óptica traerá consigo abandonar progresivamente la tradicional red de cobre. Este noviembre cerrarán las dos primeras centrales de cobre, sustituidas por la red de fibra óptica. Son dos centrales situadas en Torrelodones (Madrid) y Sant Cugat (Barcelona). Después de un año de garantía y seis meses de guarda, Telefónica dejará de usar la red de cobre en esas dos centrales, según ha informado este miércoles la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

Telefónica ha notificado el cierre de otras 36 centrales. En realidad, más que el cierre, lo que ocurre es que se deja de usar la red de cobre, aunque el edificio se puede seguir usando para el despliegue de fibra óptica o para antenas de telefonía móvil.

Madrid es la provincia que más centrales va a cerrar (o dejar de usar para la red de cobre), con siete cierres programados, contando el de Torrelodones. Le siguen las provincias de Zaragoza y Valladolid, con cuatro centrales cada una; y Barcelona, con tres, incluyendo Sant Cugat. También cerrarán dos centrales en A Coruña, Baleares, Girona, La Rioja, Murcia y Santa Cruz de Tenerife. Completan los cierres previstos una central en álava, Cáceres, Cádiz, Guadalajara y Las Palmas.
De momento son todas centrales pequeñas, en las que no hay operadores alternativos desagregando bucle. En realidad, 38 centrales son aún muy pocas, teniendo en cuenta que en España hay unos 6.500 edificios de centrales.
El año pasado se registraron más de 15 millones de líneas de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) instaladas. La previsión es que en 2017 se alcancen más de 41 millones de accesos de nueva generación, según los datos de la CNMC.
Telefónica sólo puede cerrar una central cuando más del 25% de los clientes de esa central se conecten por medios alternativos a la red de cobre (por ejemplo, fibra óptica). Si además en esa central hay operadores alternativos desagregando bucle, Telefónica deberá seguir prestando ese servicio mayorista durante cinco años, más 6 meses de guarda. Si no hay operadores alternativos coubicados en la central (como ocurre en las 38 que cierran), el período de garantía se reduce a un año, seguido de los seis meses de guarda.