Las impresoras 3D no solo imprimen plástico; el chocolate, la resina y la cera son materiales también muy utilizados y fáciles de manipular, aunque todos ellos tienen en común la fragilidad del objeto fabricado. Más compleja es la impresión 3D usando materiales metálicos. Normalmente, se realiza mediante el fundido del metal con láser, con la ventaja de resultar en fabricaciones más resistentes pero a un coste muy alto.
The Virtual Foundry es una compañía que, todavía en sus comienzos, aspira a abaratar la impresión 3D usando metal. Abaratarlo tanto que su coste resulte parecido al de la impresión 3D con plásticos y resinas, o un poco más. Para lograrlo la compañía de Wisconsin ha desarrollado un filamento híbrido a medio camino entre el filamento termoplástico convencional y la impresión con metal, llamado Filamet.
Filamet tiene un alto porcentaje de partículas metálicas, hasta un 88 por ciento de polvo metálico combinado con termoplástico convencional, compatible con la mayoría de las impresoras 3D. Inicialmente Filamet se ofrece en tres «sabores»: cobre y latón con PLA y bronce con ABS. Más adelante se incorporarán otros metales, incluso metales preciosos.
En la impresora 3D el filamento «metálico» se comporta como si se tratase de un filamento plástico convencional. Filamet se funde y fluye por el cabezal de la impresora con normalidad. Sin embargo, la fabricación resultante está formada por una combinación de partículas de metal contenidas entre el termoplástico que da forma a la figura.