Tejerina, sobre el cierre del carbón: "El medio ambiente manda, el precio está en un segundo plano"

El cierre de las centrales de carbón en España ha abierto una grieta entre los ministerios de Medio Ambiente y Energía. Los planes del ministro de Energía, para bloquear el cierre de centrales planteado por las grandes eléctricas son cuestionados por parte de los responsables de diseñar y acometer la estrategia para cumplir los objetivos contra el cambio climático a los que se ha comprometido el país.

La ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, se refirió por primera vez al asunto del carbón remarcando que "el medio ambiente manda" y asegurando que el país va a cumplir con todos sus objetivos de reducción de emisiones de CO2. "En el mix energético es muy importante tener en cuenta los aspectos medioambientales y también son importantes, no igual de importantes sino en un segundo plano, la seguridad de suministro eléctrico y el precio", aseguró la ministra en una entrevista en Onda Cero.

García Tejerina aludió precisamente al gran argumento que utiliza su colega de Gobierno para intentar bloquear el cierre de las instalaciones térmicas: el precio. Desde Energía se traslada que la clausura del carbón tendría que ser sustituida por las centrales que queman gas para generar luz, lo que elevaría el coste eléctrico al tratarse de un combustible más caro.
Aunque en Medio Ambiente sitúan a los precios "en un segundo plano", sí que comprenden que el cumplimiento de los objetivos no puede afectar a la competitividad. "Todos vamos a tender a no tener carbón, el problema es el calendario, cumpliendo con el medio ambiente sin que se vea perjudicada la competitividad", señaló Tejerina.
Las centrales de carbón ha incrementado este año su peso en el sistema eléctrico por la caída de las energías renovables. La falta de agua y viento ha hundido en lo que llevamos de año un 50% la producción de energía hidroeléctrica y un 10% de eólica, dejando un hueco que ha sido cubierto por el propio carbón. El resultado es un incremento de la factura de la luz del 12% y un aumento del 24% de las emisiones de CO2 ligadas a la atmósfera por el sector eléctrico.