No es un buen momento para ser acerero. Las empresas se enfrentan a un mercado inundado de producto y una demanda cada vez más débil. Lejos quedan los días en los que el auge de las materias primas disparaba los ingresos. Para sobrevivir, las empresas han tenido que formar un frente común para exigir apoyos al Gobierno y, sobre todo, luchar contra la competencia desleal de China. Pero hay empresas de perfil bajo que a través de inversiones estratégicas han conseguido sortear lo peor de la crisis. Es el caso de la mexicana Villacero.
La firma fue fundada en 1955 como Materiales de Fierro de Monterrey, en plena explosión de la industria del estado septentrional de Nuevo León, para abastecer al hambriento mercado local. Durante sus dos primeras décadas fue consolidándose como una de las grandes distribuidoras de materiales ferrosos de México.