El Banco de España advierte del peligro de que la creación de empleo toque techo en el ladrillo, la restauración y el turismo. “Ante la posibilidad de que las ramas de hostelería y construcción se aproximen a sus límites de creación de puestos de trabajo en el futuro próximo, parece necesario buscar fórmulas para expandir las oportunidades laborales de los desempleados con menor formación”, subraya en un informe publicado ayer. La entidad no ve un cambio de modelo en el empleo. De ahí que recomiende diversificar sectores y más educación.
La economía española registra un récord tras otro de visitas turísticas. La capacidad hotelera se sitúa en niveles de utilización elevados. Y han comenzado las primeras señales de turismofobia. No parece descartable que el sector turístico se esté acercando a sus cotas máximas. Por otra parte, el sector inmobiliario se está recuperando. Pero lo hace desde un punto muy bajo y no se antoja previsible que regrese a los volúmenes de construcción previos a la crisis. En ese contexto, el Banco de España ha elaborado un estudio sobre el desarrollo que ha tenido el empleo durante la crisis y posterior recuperación. Y las conclusiones se resumen en tres: una, a pesar de la intensa mejora laboral, la recuperación de los niveles de empleo está tardando más que en anteriores crisis porque durante esta se destruyeron más puestos de trabajo que nunca.
Dos, la productividad de esos nuevos trabajos creados solo resulta ligeramente mayor que antes. El supervisor observa que el patrón de crecimiento de la ocupación es, “de nuevo, muy similar” al del anterior ciclo expansivo, “con crecimientos superiores a la media en la construcción y los servicios de mercado y una recuperación más moderada en la industria”. Y si se desciende al detalle por ramas, sobresale el aumento en la "hostelería y restauración”. Pese al tirón de las exportaciones, en el mercado laboral no se percibe un cambio de modelo económico.